jueves, 2 de octubre de 2014

75 de Años fruto de un caminar juntos



75 AÑOS  FRUTO DE UN CAMINAR LLENO DE ESPERANZA, DE ESFUERZO, DE SACRIFICIOS PERSONALES Y  DE COMUNIDAD.
NUESTRAS PRIMERAS HERMANAS:
-       Dieron pasos firmes, sin mirar atrás, dejando su amada tierra, su familia, su Patria, para entregarse a  nuestro pueblo, a cada persona en particular, sin distingo de raza, color, posición social, y entregar el mensaje de  Jesús nuestro redentor.
-       Sus manos  llenas de bondad, para mostrar el camino del bien y ayudar a dar pasos con firmeza , abriéndolas como el sembrador,  para echar la semilla del bien, que luego regaron y hoy estamos viendo los frutos.
-       Su corazón, repleto de amor, que era imposible de esconderlo, porque llegaron cargadas de piedad, cultura y trabajo, que alimentaron generaciones,  sin parar porque el legado que nos han dejado ha sido para siempre. Vivan nuestras Hermanas, que dejaron sus huellas imborrables , huellas cargadas de amor y bondad
-       Sus labios, siempre con una palabra de aliento, aún en las dificultades, firmes cuando había necesidad, pero nunca con dureza, porque siempre tenían presentes, las palabras de Marie Poussepin, Corregid sin cólera, con firmeza, pero con dulzura. Ellas supieron  dar de todo esto que  reflexionaban cada mañana en su oración y que la Palabra, les nutría para luego darla.
-       Sus Ojos, con mirada escrutadora, para conocer el nuevo campo de Evangelización, mirada que las llevaba a observar, descubrir, la belleza del hombre , la mujer, el niño, la niña, venezolana para embellecerlos cada vez más. Ojos que descubrían la debilidad para corregirla, nunca para criticar, o desvalorar, sino para sembrar la semilla del bien.
-       Sus oídos, abiertos para aprender lo nuevo, que esta tierra bendecida por Dios les iba a enseñar, para poder llegar a cada persona. De esta manera aprendieron nuestras costumbres, nuestra cultura que admiraron, respetaron y hasta las hicieron suyas.
-       Todo su ser, lo dieron, no ahorraron nada de sí, muchas de ellas al morir, alimentaron nuestra tierra y hoy las recordamos, como verdaderas Caminantes que regaron el perfume del amor,  con su bondad, el incienso de la esperanza con su oración, y la mirra del sacrificio con la donación total que día a día ofrecían al Señor por nuestra Patria, por este pedazo del Mocotíes, tan amado por ellas.
-       Hoy, cada una de ustedes, de nosotras las Hermanas, de los docentes que están, de nuestros trabajadores y trabajadoras, de representantes de todo el personal que labora en nuestro Colegio, que cada día quieren crecer en pertenecía a este nuestro Colegio, a esta nuestra Congregación., recibe de ellas, muchas desde el cielo la Bendición y las ganas de mirar hacia el futuro, sin desmayar, aunque haya dificultades, porque este es nuestro Compromiso, con Dios, Marie Poussepin, la Congregación, y nosotros mismos.
-       Adelante querido Colegio, adelante tierra del Mocotíes, adelante todos los que quieren nuestra casa de estudio, la Congregación, para que el Futuro  sea provisorio, rico en los frutos que cada uno de nosotros queremos sembrar. Dispongámonos, a  dar lo mejor, a no, cerrarnos,  a ser valientes y firme sin debilidad, para que lo sembrado siga produciendo el fruto que todos deseamos.

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